jueves, 20 de marzo de 2008
Jueves Santo
Jesús, son tus últimas horas. ¡Cómo quieres a esos discípulos, a los que vas a dejar esta noche! ¡Cuánto van a sufrir! ¡Cuánto va a sufrir María, tu madre, que ha querido acompañarte a Jerusalén sabiendo que ha llegado tu hora! ¿Qué más puedes hacer? Te queda una última cena para decir lo más importante, lo que les debe quedar como testamento para que lo puedan predicar después al mundo entero.
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